Scarlett Johansson vuelve a impactar con sus curvas, ya que se desnudó para Vanity Fair. Pero esta vez lo hizo para la revista y no para su ex-esposo Ryan Reynolds, al quien estaba destinado las fotos de desnudo.
Y es que en una entrevista reciente, Scarlett confesó que ella no se avergüenza de las fotos, pero que es una violación grave para su privacidad. Y Christopher Chaney, el hackeador, dice ser inocente de todas las acusaciones.
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